Entrevista a Alejandro Ruiz Lara, autor de Génesis. El último origen
Ediciones Atlantis presenta 'Génesis. El último origen', la
continuación de la saga creada por el joven autor malagueño Alejandro RuizLara. El autor continúa sorprendiendo a todos con el alcance y la calidad de su
obra. ¿Estamos ante el "Asimov" español? El tiempo lo dirá.
Génesis toca a su fin. Nada queda de la confianza y plenitud
que un día rodeó a este liderazgo universal y a las fuerzas de las arcas. Tras
una dolorosa muerte para el grupo, la Patrulla Vigésima se enfrenta a todo y a
todos por conseguir lo que les mueve: Justicia. Entre demomantos, sinuls y
ellos mismos, reúnen las Cinco Arcas de Energía que componen todas las almas. La guerra por su control tiene una última batalla pendiente.
Vida, capital de Génesis, enfrenta todos sus miedos ante un
futuro incierto. Un futuro en el que otros pueblos, razas y una Tierra
distópica, tienen mucho que decir. Ya no hay buenos, ni malos. Ya no hay supervivencia y
venganza. Solo hay avaricia. Un fino hilo de esperanza resplandece en la
oscuridad.
Este joven escritor marbellí continúa su naciente carrera
literaria con nuevos retos y continuo aprendizaje. En este punto, alcanza la
publicación de la última parte de la trilogía de ciencia-ficción y fantasía que
le vio nacer: “Génesis y el último origen”. El fin del principio para su primer
gran proyecto literario.
Autor prolífico, teniendo ya en su haber la trilogía de
“Génesis”, diversos relatos, participaciones en antologías poéticas y novelas
de otros géneros aún por publicar… Además de ser finalista de los Premios Atlantis
la Isla de las Letras en la categoría de ciencia-ficción en dos ocasiones con:
“Génesis y las cinco Arcas” y “Génesis y los enigmas del pasado”.
Un perfil creativo y multidisciplinar que da y tiene mucho
por dar a todos sus lectores.
ENTREVISTA AL AUTOR
¿Te atreves a ofrecer un breve resumen de la saga para los
lectores que no han tenido la oportunidad de leer los dos libros anteriores?
Génesis es una trilogía de ciencia-ficción y fantasía. Esto
queda claro en muchas de las descripciones que se pueden encontrar tanto de
este último como de los otros dos libros. Sin embargo, su enfoque va más allá.
Génesis y las cinco Arcas fue la introducción a un universo
regido por las leyes naturales que conocemos hoy día, pero con posibles teorías
de cómo funciona todo lo que no conocemos. Siempre quise reflejar un universo
verosímil pero con la expresión de las ideas que siempre han rondado mi cabeza.
Para hacerlo, todo comenzaba con la historia de Jules. Un
viejo veterano de la segunda guerra mundial que por cuestiones de la edad
fallece. Estaba a cargo de su nieto Nigel, el cual es huérfano. Esto hizo a
Jules irse sin la tranquilidad y paz eterna que cualquiera esperaría. Sin
embargo, Jules no se siente muerto. Pasados unos instantes aterradores, es capaz
de volver a abrir los ojos. Se encuentra en otro planeta, dentro de otro cuerpo
muy diferente y rodeado de otros seres muy superiores. Aquí es donde empieza la
verdadera aventura de la trilogía.
Jules es un ser muy especial. Jedilá, el líder de los
sinuls, raza superior al resto de razas universales se lo hará ver. El
protagonista comenzará a descubrir sus cualidades y a rodearse de otros
compañeros y seres que habitan el planeta Génesis y se encargan de la
protección del resto del Universo. Su cabeza nunca abandonará el pensamiento de
rescatar a su nieto de su soledad en la Tierra. Génesis es el planeta que
controla la energía que mueve todas las almas, pero es físico. Su distancia con
la Tierra simplemente es física.
Justo en este punto de la trama, una antigua guerra por el
control de las cinco arcas que contienen los cinco tipos de energía de que se
componen todas las almas resurge. No por casualidad.
Este hilo argumental es el que recorre toda la trilogía,
llevando a los personajes en la segunda novela (Génesis y los enigmas del
pasado) a descubrir qué cinco planetas del universo esconden cada una de las
cinco arcas existentes para poder custodiarlas. Egipto y sus pirámides, el
pasado de Marte y los viajes temporales tienen mucho que decir al respecto.
Además, los demomantos, raza que pugna por cambiar el orden universal de
Génesis afectan muy de cerca a Jules y sus amigos. El juego de sombra, engaños
y verdades a media cobra mucha importancia en la trilogía, que deja abierto y
encaminado el crucial desenlace que se cierne sobre la última novela: Génesis y
el último origen.
¿Tenías absolutamente ideada cuál sería la estructura
general de la saga desde que empezaste a escribir la primera entrega?
La verdad es que no. Empecé a escribir con la simple
pretensión de descubrir al mundo las ideas, algo descabelladas pero siempre
fundamentadas, que rondan mi cabeza en torno a cómo funciona el universo que
nos rodea. Cómo contestar a preguntas sin respuestas como: ¿Qué hay detrás de
la muerte? ¿Qué esconde el pasado de Marte o el enigma de las pirámides?
Todo ello quise hacerlo a través de una historia de
ciencia-ficción y fantasía. Sin embargo, haciendo caso a algunas de las
referencias que me han marcado para llegar aquí, la historia fue ganando giros
argumentales. El concepto de las arcas de energía apareció de repente para
dejarme ver que un conflicto entorno al control del poder podría resultar muy
interesante.
Fui dejando que los propios personajes dominasen la historia
y, al final, todo acabó como esperaba pero sin una estructura preestablecida.
¿Qué autores y novelas han sido tu principal fuente de
inspiración?
Los primeros suenan muy banales pero es totalmente cierto
que mi primera trilogía es de ciencia-ficción y fantasía gracias a J. K.
Rowling y Harry Potter; y a J. R. R. Tolkien y El Señor de los Anillos. Ambos
inspiraron en mí desde pequeño un gusto por creer que lo imposible podría
hacerse realidad que en algún momento de mi vida necesitaría sacar a la luz.
Ese momento es ahora.
También podría hablarte del clásico Asimov o incluso Stephen
King. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar referencias cinematográficas,
como las infinitas películas de trama espacial: Interestellar, Prometheus,
Marte… Las he visto todas cientos de veces y siempre han despertado en mí un
cosquilleo en el estómago que es difícil de calmar.
¿Qué elementos de tu saga consideras que son fuertemente
originales e innovadores dentro del género?
Es un poco osado hablar de que con mi saga he introducido
innovación en el género de la ciencia-ficción y la fantasía. Sin embargo,
podría hablarte de usar el género, no para reflejar un posible futuro o
distopía; sino para hacer una crítica y reflejo de la sociedad actual y sus
limitaciones.
El uso de la trilogía para criticar el camino cercado que ha
marcado la religión en nuestro desarrollo; los liderazgos sectarios, codiciosos
y de falsa bondad que nos son comunes hoy día y los poderes ocultos y uso de
títeres de quienes realmente controlan los aspectos importantes. Esto es lo que
considero que Génesis es capaz de hacer con el uso de la ciencia-ficción y la
fantasía y que puede diferenciarlo de muchas otras historias que solo buscan el
gusto literario.
¿Cuál piensas que es el target o público objetivo ideal de
una novela como la que has escrito?
Como escritor que quiere que le lean el mayor número posible
de personas debería decir que cualquier persona de 0 a infinitos años. Pero no
sería realista. Génesis es una historia fantástica, de ficción y con ciencia
aplicada que no está pensada para niños muy pequeños. Aunque me gustaría decir
que sí.
Génesis está enfocada a cualquier tipo de público con la
curiosidad suficiente y capacidad de entender cómo el amor familiar puede mover
mundos y vencer a la muerte. Para comprender que quien te rodea y se preocupa
por ti es capaz de salvarte la vida una y mil veces y merece lo mismo en
consecuencia. Para darse cuenta de que el universo no es un lugar frío y
oscuro, sino un cúmulo de coincidencias asombrosas esperando a ser
descubiertas.
Es francamente interesante como la trama se origina fruto de las relaciones familiares y de la preocupación de un abuelo por un nieto, una vez más el valor de abuelo, el patriarca y sabio de la comunidad saliendo al rescate del resto. Y en esto días también.
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