Entrevista a Ángel Narváez Sánchez, autor de Soy un monstruo. Historia de una chica sin brazos y concierto por una niña muerta
Ediciones Atlantis presenta 'Soy un monstruo. Historia de unachica sin brazos y concierto por una niña muerta', una original novela escrita
por el autor malagueño, Ángel Narváez Sánchez que como él mismo describe como
una fantasía oscura romántica de acción shonen filosófica de autoayuda con
estética erótica escrita en prosa poética con elementos de gore.
"Contamos con una ambientación que nos presenta la
belleza dentro de lo macabro muy al estilo de piezas ya conocidas como las
afamadas películas de Tim Burton “Pesadilla antes de navidad” o “La novia
cadáver”, conflictos emocionales con experiencias de crecimiento personal y
planteamientos filosóficos que rozan el concepto de lo metafísico de manera
similar al anime “Tengen Toppa Gurren Lagann”, con escenas de acción
devastadoras, desgarradoras, repletas de violencia creativa y a una escala que
resulta difícilmente imaginable, lo que bebe del planteamiento estratégico del
género de anime shonen a la vez que de la impresionante espectacularidad del
videojuego Asura's Wrath".
Atemorizada por la inmensa bestia que la acecha y perseguida
por sus propios remordimientos, una chica sin brazos huye hasta refugiarse en
el cálido abrazo de un inocente humano pelirrojo. Una diablesa perturbada
contempla fijamente a la sirena del río desde la lejanía. Un vampiro rabioso
aprieta los puños con firmeza mientras sus ojos se inyectan en sangre. Una
parca temerosa de sus propios actos se oculta en una estropeada casucha
deshabitada. Una precisa cazadora deambula por los callejones de la ciudad, e
incluso las parcas más feroces huyen atemorizadas ante la sombra de esta humana
que trabaja en nombre de la justicia. Una espada dorada brilla en infinitos
destellos desde la vaina que cuelga de su cintura, y un casco protector para
motoristas cubre sus facciones ocultando sus auténticas emociones, como si se
tratase de un espectro desalmado e incansable persiguiendo a los enemigos de la
humanidad.
Un esqueleto encapuchado, vestido con una túnica negra, cava
con firmeza usando su pala para abrir las tumbas más recientes del cementerio.
Vampiros y fiambres combaten en una guerra sin cuartel, mientras una misteriosa
voz contempla la escena desde su privilegiado castillo. En el fragor de la
batalla, la heredera de los poderes de la sangre tiñe de rojo carmesí su
habitual melena de color azul chillón. Una extraña niña con cabellos cual
pétalos de rosas y piel oscura como el ébano ha escapado del averno, buscando
refugio en la superficie. Un espadachín humano con una hoja oriental, una
katana mágica de filo negro como la desgracia, se bate en duelo con todo tipo
de rivales imponentes.
Pero cuando todas sus emociones vibren al unísono
componiendo una sola melodía de crescendo. ¡Entonces sabrán que aquel era mi
concierto! Un concierto, por una niña muerta.
Ángel Narváez Sánchez, oriundo de Málaga, nacido en 1991 y
cuya imaginación no tiene precedentes, es alguien capaz de crear realidades tan
vívidas como él mismo desee. Sus habilidades artísticas son variadas, pasando
por la ilustración, la creación de juegos de mesa o los juegos de rol,
perfeccionando sus aptitudes a un altísimo exponente. Todo ello crea un
compendio que permite, a este genial autor, imbuir en los mundos más
fantásticos e inimaginables a cualquier lector dispuesto a adentrarse en su
literatura, única y personal. Cabe destacar que su alocada manera de percibir el
mundo es a la par de interesante como descatalogada, jamás contada entre los
libros de la historia. Su camino comienza con “Soy Un Monstruo”, que forma
parte de un multiverso aún mayor con historias que harán deleitar las más
exigentes mentes. Leer sus palabras impresas en un libro siempre es una puerta
hacia un mundo nuevo, diferente, que jamás antes hubieras imaginado.
ENTREVISTA AL AUTOR
¿Cómo surgió la idea para escribir este libro?
Existen tantos pequeños estímulos que me llevaron a la
realización de esta novela, que seguramente podría escribirse otra novela
entera tan solo tratando ese asunto. Intentaré ser breve (aunque sé que no lo
voy a conseguir). Como toda persona creativa, en mi adolescencia yo había
estado jugando con la idea de crear historias, y no voy a decir exclusivamente
escribirlas, de hecho, yo tenía un interés mucho mayor en dibujar. Me gustan
los estímulos visuales y me parecen un excelente medio por el que transmitir
situaciones y emociones. A día de hoy esto se ve reflejado en las numerosas
ilustraciones que acompañan mis escritos, y podemos esperar un numero todavía
mayor de ilustraciones, y de calidad aún superior en las mismas, para mis
futuros trabajos.
Desde muy joven tenía claro que yo era un creador de mundos,
y yo me daba cuenta incluso cuando era niño. Mientras que mis amistades venían
a casa a jugar con mis juguetes, yo me había pasado todo el día anterior
preparando la historia que se jugaría ese día, creando personajes, situaciones,
aventuras y otros detalles. Hasta donde me alcanza la memoria, yo siempre fui
un creador de mundos, yo ya estaba haciendo literatura en mi cabeza, guiones de
acontecimientos, creando escenas que luego mis amigos podrían disfrutar
valiéndose de esos muñecos. Por supuesto esto ha evolucionado hacia convertirme
en un ávido jugador de rol interpretativo ahora que soy adulto. Lo cierto es
que escribí bastantes universos para rol (y aún está el proyecto a medio hacer
de mi manual de rol original).
Sin embargo, Soy Un Monstruo aún no existía, de
hecho, la historia que por aquel entonces ocupaba mi cabeza, y que llevo
confeccionando desde los 14 años, es una que por aquel entonces se llamaba “10º
Elemental”, que más tarde pasaría a llamarse “Destino” y que, con casi toda
probabilidad, acabaremos viendo como “Soy El Destino” ya que continúa la saga
de las tres diosas que comienza con “Soy Un Monstruo” y creo que es interesante
que haya un elemento común en sus títulos. Enseguida notareis que me encanta
jugar con los elementos de las novelas, haciendo que hasta sus títulos, o los
títulos de cada capítulo, sean elementos narrativos en sí mismo. ¡He venido a
romper todos los esquemas de lo que creías posible!. De hecho, una de las cosas
que hace interesante la saga de las tres diosas, es que ninguna es continuación
de la anterior, y ni siquiera suceden en el mismo universo. Están unidas por
una mitología de deidades creadoras de mundos compartida, y nada más.
Cuando
tuvimos claro que queríamos crear nuestro propio multiverso literario,
diferentes amigos cercanos que también trabajaban en sus propias obras escritas
unieron sus voluntades para confeccionar un camino (y por que no decirlo,
también para que aquellos que tuvieran más éxito pudiesen tirar de los menos
conocidos y así que nuestra amistad fuese el vehículo que nos llevase a todos a
cumplir nuestros sueños). Y esto se refleja por ejemplo en que Crónicas de
Gienah del autor Mauricio Folk forme parte del mismo multiverso literario que
Soy Un Monstruo, e incluso existirá un crossover, ya que el protagonista de
Gienah viajará al mundo de Soy El Destino durante algunos capítulos (si
conocéis su obra sabréis que se trata de una fantasía autobiográfica, y esto
representa la manera en que él se vuelca sobre los proyectos de sus amistades),
y supongo que el único motivo de que este cruce de novelas no haya sucedido con
Soy Un Monstruo es que aún no existía cuando se decidió todo eso.
Lo cierto es
que en algún momento me propuse escribir Soy Un Monstruo como un entrenamiento
para mejorar, prepararme para que cuando llegase Soy El Destino yo ya fuese un
veterano escribiendo y mi estilo hubiese sido pulido para convertirlo en una
mejor obra. Pero la verdad, a día de hoy, pienso que Soy Un Monstruo me gusta
mucho más que Soy El Destino, ya que es considerablemente más transgresor,
original, espectacular, tiene mucho más sentido. Mientras que Soy El Destino
está inspirado en los videojuegos y el anime que yo veía de adolescente, como
se puede esperar de una historia que confeccioné con 14 años, en Soy Un
Monstruo se tratan conceptos mucho más adultos y maduros, trasciende la mera
literatura para llegar a la filosofía. Intentaré encauzarme de nuevo en la
pregunta.
Así que yo tenía alrededor de 20 años y estaba estudiando un grado
superior, en mis ratos libres dibujaba chicas monstruo hermosas y me las ponía
de fondo de escritorio, así nacieron las ilustraciones de Astilla la diablesa y
de la sirena (apodada Marina en su boceto, antes de que decidiera más adelante
que las sirenas no tienen nombre). Pero yo siempre había tenido un problema con
mis horarios de sueño, soy incapaz de mantenerme despierto en un horario
regular (desde siempre, incluso mi infancia) así que muchas veces estaba
durmiendo en medio de la clase, y otras veces me quedaba dormido en casa.
Resultaba obvio que para mí iba a resultar imposible tener un trabajo corriente
que siguiera un horario, y de hecho hasta me quitaron la evaluación continua de
las clases por falta de asistencia (lo que me obligaba a presentarme a un
inmenso e inabarcable examen final acerca de todo el curso). Total, que me
propuse dejar los estudios para empezar a escribir más de seguido, seguir mis
propios horarios, y labrarme un futuro a mi manera.
Así que me puse a escribir
una historia sobre estas chicas monstruo que había estado dibujando. Existían
algunas notas y un primer capítulo para Soy Un Monstruo, sin embargo era algo
completamente diferente a lo que encontramos en el libro final. Una fantasía
medieval al uso con la princesa Susanna de Los Palacios Blancos como
protagonista, en un viaje que la transformaría en una no-muerta a mitad de la
obra, y que finalizaría con una gran guerra contra su propia hermana, la cual
se revelaría como una poderosa liche (siendo que la nigromancia es un sinónimo
de esclavitud para un no muerto). Todo esto estaba ubicado en el mismo universo
de fantasía medieval que uso para dirigir partidas de rol con mi manual propio,
y Los Palacios Blancos es el reino que los humanos tienen dentro del infierno,
humanos de ojos rojos y a menudo cabellos rojizos que habitan en el mismísimo
abismo y que a menudo son considerados demonios también por aquellos humanos
que viven en la superficie. Así que ya teníamos elementos que veríamos después
en Soy Un Monstruo, pero era algo muy diferente.
Aquella idea la descarté casi
por completo. En su lugar una escena diferente no paraba de invadir mi mente
cada vez que escuchaba una canción impactante. Veréis, mi cabeza siempre ha
tenido facilidad para dejarse llevar por las emociones, especialmente mediante
la música, siguiendo la misma estela que esos vídeos normalmente llamados AMV
(Anime Music Video) que consisten en coger las escenas más épicas o emotivas de
una obra anime y montar un vídeo musical con una canción que retumbe al ritmo
de lo que estás viendo. Es como si te estuvieran inyectando sensaciones
directamente en el cerebro, así son los AMV. Y en mi cabeza cuando escucho
música, casi siempre me vienen a la mente inmediatamente las escenas de mis
propias creaciones, y es curioso por que esto ha influenciado en la manera en
que yo diseño los capítulos, para tratar que cada uno funciones como un AMV en
sí mismo, una sacudida emocional, como descargar sentimientos directamente en
tu cerebro, así aspiro yo a que sea mi literatura. Y aquella escena que no
paraba de repetirse en mi cabeza era un concierto, el concierto más extraño que
jamás se hubiese visto, tan poderoso e impresionante, lleno de lágrimas y
sonrisas.
Aquel era el Concierto por una Niña Muerta. Inmediatamente supe que
tenía que escribir un libro cuya única finalidad fuese conducir hasta ese
momento, supe que no bastaba con que fuese un relato porque eso no haría
justicia a lo inmenso que era aquello, algo tan alucinante que se desbordaba
desde mi mente, que debía desbordarse de la misma manera desde el libro hacia
la realidad del lector que lo sostiene. No se trataba de romper la cuarta pared
para llegar hasta la mesa en que el libro reposaba, debía taladrar la misma
realidad a la fuerza hasta hacerse un hueco dentro de las emociones humanas.
Por supuesto, eso solo fue el principio. De la misma manera que no me atrevía a
escribir “Soy El Destino” sin algo de práctica primero, tampoco me atrevía a
escribir “Concierto por una Niña Muerta” sin algo de calentamiento, así nació
“Historia de una Chica sin Brazos” lo que nos da el conjunto final de lo que
sería “Soy Un Monstruo”. Y yo siempre pensé que como iba a escribir varias
obras a lo largo de mi vida, tampoco sería el fin del mundo si Soy Un Monstruo
no gustaba a nadie, si no se publicaba, si solo era un calentamiento para “Soy
El Destino”.
Pero creo que las cosas salieron de un modo totalmente diferente
al que esperaba, que Soy Un Monstruo es mucho más grande de lo que había
pretendido en un primer momento. Creo que el concierto de Ana la zombi también
ha llegado hasta mí, y que esta obra está destinada a ser inmortal, puede que
incluso lo mejor que vaya a escribir nunca en mi puñetera vida. “Soy Un
Monstruo” se convirtió al momento en mi libro favorito de todos los tiempos, no
como autor, si no también como espectador. No estaría bien que dejase este
punto sin hablar de lo que me llevó a escribir en ese estilo tan característico
que roza la prosa poética y que nos trae un narrador personaje omnisciente sin
miedo a opinar, adornar (o incluso modificar) la realidad a su antojo para
hacerla más espectacular.
Lo voy a decir simple y llanamente. El día que yo vi
el anime Tengen Toppa Gurren Lagann, mi vida cambió. Evolucioné como persona,
evolucionó la manera en que sentía las cosas, mi filosofía de vida, mi actitud.
Esa serie me cambió por completo y es una inspiración directa para todo lo que
hago en la vida, no solo cada obra, no solo cada gesto, no solo cada palabra.
¡Cada Pensamiento!. Más adelante me toparía con proyectos similares en otros
medios. El videojuego Asura's Wrath, los cómics y la película de Scott Pilgrim.
¡La música!, y sin embargo no era capaz de encontrar un solo libro que hiciera
eso mismo, un libro que no se centrase solo en contar una historia si no
también en hacerte sentir cosas a través de su forma y no solo de su contenido.
Hacia tiempo ya que no leía nada, lo admito, por que todo me aburría, todo me
parecía igual, todos los libros perdían su valor una vez terminabas su
historia.
Y yo que había visto Tengen Toppa Gurren Lagann 15 veces, que había completado
el juego de Asura's Wrath 12 veces, que había leído los cómics y visto la
película de Scott Pilgrim 10 veces. Que cuando no me apetecía volver a
disfrutar de la experiencia entera aún así buscaba en youtube los vídeos que
resumieran las mejores escenas, que me hicieran revivir las mejores partes. Yo
que era capaz de escuchar la misma canción en bucle durante 8 horas seguidas
sin cambiarla. Yo quise crear un libro que consiguiera esa misma sensación, esa
misma emoción, un libro en que pudieras volver a leer el capítulo que acabas de
terminar en vez de pasar al siguiente, un libro en el que tras una escena
intensa la adrenalina fuese tal en tu cuerpo que decidieras levantarte y dar
vueltas para poder desahogarte, un libro que hiciera las lágrimas brotar y los
puños cerrarse, un libro que provocase la tensión involuntaria de los músculos
del cuerpo, un libro que ardiese, un libro al que volvieses, un libro que
puedas abrir solo para leer tu capítulo favorito sin importar que ya sepas la
historia, cual canción que sabes de memoria y no por ello te privas de volverla
a escuchar. Así que cree Soy Un Monstruo, y admito que ya lo he leído tantas
veces por deleite propio, como cualquiera de las otras obras que he mencionado.
Me gusta pensar que es como música confeccionada con tinta en lugar de con
sonido. Y no me refiero a escribir música, me refiero a tocarla directamente
con palabras, es una melodía que fluye directamente hasta la mente. ¡Es el
concierto con el que yo tantas veces había soñado!
¿Qué se va a encontrar el lector en Soy un monstruo.
Historia de una chica sin brazos y Concierto por una niña muerta?
En
primer lugar, el lector se va a encontrar dos historias considerablemente
diferentes aún cuando son continuación directa la una de la otra, esto es
porque el tema principal de cada una se basa en el conflicto entre dos
emociones distintas.
La primera es Historia de una Chica sin Brazos, y es un
relato romántico de fantasía oscura que nos narra un conflicto entre el amor y
el remordimiento, es decir, es la batalla personal de esta chica entre la
felicidad que siente por un amor recién descubierto, y la tristeza que siente
por los remordimientos de lo que ella misma es, lo que se ve obligada a hacer
para sobrevivir en ese mundo de monstruos.
Aunque la novela tiene fuertes
componentes de acción, veremos que el conflicto principal es el de ella
luchando contra sí misma, contra sus propios sentimientos, y como a cada paso
unos y otros van cobrando fuerza, hasta desembocar en un desenlace
espectacular. La segunda historia es Concierto por una Niña Muerta, nos
encontramos un relato mucho más centrado en la acción con elementos fantásticos
menos oscuros y más vibrantes, en lugar de sorprender al lector con la crudeza
que yace oculta dentro de lo maravilloso como ocurría en la primera parte, aquí
el lector será sorprendido por la belleza y la calidez que se esconde dentro de
lo que inicialmente pareciera macabro, y las emociones que entrarán en conflicto
aquí serán la ilusión contra el resentimiento, es decir, la intención de
dejarse llevar por ese maravilloso mundo tan gentil y extraordinario, y de
perdonar a aquellos que nos hicieron daño, se enfrentará a la sensación de
quemazón producida por la ira, la tristeza, el miedo, la venganza contra
aquellos que nos arrebataron las cosas que más queríamos.
De nuevo veremos como
estas emociones luchan entre sí a lo largo de la novela hasta desembocar en un
final explosivo, un torrente desbordante de sentimientos. Contamos con una
ambientación que nos presenta la belleza dentro de lo macabro muy al estilo de
piezas ya conocidas como las afamadas películas de Tim Burton “Pesadilla antes
de navidad” o “La novia cadáver”, conflictos emocionales con experiencias de
crecimiento personal y planteamientos filosóficos que rozan el concepto de lo
metafísico de manera similar al anime “Tengen Toppa Gurren Lagann”, con escenas
de acción devastadoras, desgarradoras, repletas de violencia creativa y a una
escala que resulta difícilmente imaginable, lo que bebe del planteamiento
estratégico del género de anime shonen a la vez que de la impresionante
espectacularidad del videojuego Asura's Wrath.
Sin duda me gusta decir que soy
todo lo que he visto, todo lo que he oído, todo lo que he disfrutado, y que eso
se refleja en mi novela. Quizá lo más correcto sería decir que esta es una
colección de dos novelas ligeras y no una sola, ya que a los amantes de lo
romántico les encantará la primera pero se sentirán algo decepcionados con la
segunda, mientras que aquellos que no disfrutan de planteamientos empalagosos
pueden encontrar molesto atravesar el primer arco argumental para llegar a la
parte que se ajusta más a sus expectativas. Pero entre otras cosas estoy aquí
para destruir todo lo que tenías por seguro en la vida y demostrarte que lo
imposible es posible, ya hemos hablado de como mi novela basa su forma en la de
un disco de música, y no se trata de que todas las canciones del disco sean
perfectamente impecables, si no de que cada persona conecte a nivel emocional
al menos con uno de los capítulos. En un mundo en el que cada vez se tiende más
al cantidad = calidad, siento decepcionarte, pero la mía es una historia corta
en la que la calidad es calidad en sí misma.
Nadie pensaría que una canción es
mejor por durar 30 minutos en vez de 5, y así son mis capítulos, así es mi
obra, lo suficientemente concisa para que sus emociones puedan penetrar en la
mente y anidar allí, lo suficientemente pegadiza para que puedas aprenderla de
memoria y tararearla mientras paseas por la vida.
Empezaré diciendo lo más obvio: No tengo ni idea.
Mi obra es una fantasía oscura romántica de acción shonen
filosófica de autoayuda con estética erótica escrita en prosa poética con
elementos de gore. ¿Es eso bueno? Probablemente no.
Abarcar tantas cosas hace
que sea más adecuada para un público variado, ya que no importará si lo que le
gusta al lector es la fantasía oscura, el romance, la acción o el erotismo, va
a encontrar elementos de su agrado dentro de mi novela. Pero también va a
decepcionar a mucha gente, especialmente a aquellas personas que tienden a
traer ideas preconcebidas o a tener fuertes expectativas.
Mi novela va a coger
esas expectativas, esa confianza, la va a destrozar, va a abofetear al lector
en su cara y le va a gritar ¡Despierta, la vida es así de increíble!. Mi novela
va a enseñar a pensar a la gente, pero hay mucha gente que no busca pensar
cuando coge un libro, hay gente que lo que busca es evadirse, y esa gente puede
sentirse decepcionada con mi creación, ya sea porque se niegan a pensar y por
lo tanto cierran el libro sin haberlo entendido o porque no les gusta esa nueva
realidad que han aprendido a través de estas páginas.
Mi novela es como una
persona, es como yo mismo. ¿En que género clasificarías a una persona? Eso es
imposible, incluso si tu vida está fuertemente definida por el romance, el
erotismo o la filosofía. ¿Te atreverías a etiquetar tu vida como tal? Cuando yo
y mis amistades veíamos por primera vez el anime Tengen Toppa Gurren Lagann
solíamos bromear diciendo que su género era el del “Epicismo” porque es esta
mezcla extraña de acción, filosofía, autoayuda, y sentimientos siendo bombeados
directamente hacia tu mente. Así que creo que no me queda más remedio que
admitirlo, mi novela es del género “Epicismo”
Otro tema para escribir un
libro en sí mismo, intentaré ser breve (y como siempre, no lo lograré). Todos
los personajes en Soy Un Monstruo son una pequeña parte de mí, todos y cada uno
son un elemento de mi psique aislado y convertido en su propio personaje.
Contamos con una obra con apenas un puñado de personajes en la que todos ellos
son una idea aumentada al máximo (o en el caso de las dos protagonistas, más
que una sola idea, varias ideas aumentadas al máximo y entrando en conflicto)
¿Veis la manera en la que hablo de mi novela, cómo es una obra espectacular que
sacudirá los mismísimos cimientos de la tierra? Ese es el amor de Ceniza en
Historia de una Chica sin Brazos, esa es la ilusión de Ana en Concierto por una
Niña Muerta.
¿Veis la manera en la que hablo de mi novela, cómo es una obra
insignificante que decepcionará a muchos y será malinterpretada por otros
tantos? Ese es el remordimiento de Ceniza en Historia de una Chica sin Brazos,
ese es el resentimiento de Ana en Concierto por una Niña Muerta. Mis personajes
siempre son tan poderoso que pueden cambiar el mundo con tan solo proponérselo,
con tan solo actuar. Mis personajes siempre son tan frágiles que una simple
duda puede sembrar el caos en sus mentes y hacer que rompan en llantos y
lágrimas. Como los seres humanos, como las personas de verdad, como yo, fuertes
pero frágiles, con defectos obvios que saltan a la vista pero también una
pasión y una belleza ilimitadas, infinitas, inmedibles.
Encontramos además
personajes secundarios con papeles menores como Astilla la diablesa, Sofía la
cazadora o Hades el espadachín. Algunos personajes, como Sofía, los inventé
sobre la marcha, justo cuando llegué al capítulo en que ella aparece (que no
iba a existir en un principio) se me ocurrió su idea de personaje, e
inmediatamente la escribí allí con esa idea. Ha acabado convirtiéndose en el
personaje favorito de mis lectores beta, precisamente por que es un personaje
modesto en el que su trasfondo no está detallado, si no que juega con la idea
de estimular la mente del lector para que rellene los huecos creando su propia
idealización del concepto de la cazadora.
Otros, como Astilla o la sirena,
están inspirados en ilustraciones de corte erótico que ya tenía de antes, estas
representaban mi ideal de belleza femenina, uno que está bastante atacado por
la sociedad, ya que consiste en mujeres bajitas y menudas, extremadamente
delgadas y sin pecho, así que muchas veces cuando aparece una mujer así
representada en arte, no importa que sea una persona sana, y no importa que sea
una persona adulta, siempre se lo suele acusar de fomentar la anorexia o la
pederastia, lo que me parece una falta de respeto enorme a todas las mujeres
que de verdad tienen dicha complexión natural y que también deberían tener su
representación justa en el arte, su posibilidad de sentirse hermosas a los ojos
de los demás.
Soy Un Monstruo tiene un capítulo exclusivo dedicado a la belleza
de todas las personas y de como todos los seres humanos somo hermosos a nuestra
manera (de hecho esto se representa mediante la familia de Astilla, siendo que
todas sus hermanas y su madre son diablesas de la tentación, y cada una
representa un arquetipo radicalmente diferente de atractivo). Hay otra anécdota
curiosa sobre Astilla y es que llegado el punto en que ella iba a aparecer en
la obra, este personaje aparecía emparejado con otro personaje femenino, así
que yo tenía en mente “Tengo que diseñar a un personaje como Astilla pero que
sea hombre” y cuando llegué a ese capítulo, tal como lo alcancé pensé “Qué
tontería, que sea Astilla tal y como es, que sea una chica” y así fue como este
personaje pasó a ser lesbiana, mientras que el que era su pareja pasaba a ser
bisexual, y de repente tenía personajes heterosexuales, homosexuales, bisexuales
e incluso transexuales en mi obra (ya que una de sus hermanas es transexual).
El otro personaje que ya existía de una ilustración anteriormente es la sirena,
y lo introduje tal y como estaba, aunque en la novela la sirena no tiene
nombre, al vivir como un animal introduje aquello como parte de su cultura,
pero la ilustración original se llamaba “Marina”. Luego está Ana, que ya he
explicado que existió como una suerte de princesa medieval antes de que esa
idea fuese descartada para convertirse en la chica zombi que acabaría figurando
en la obra final (inspirado por su concierto final que da vida a toda la obra).
Ceniza la chica sin brazos que estuvo a punto de ser una vampiresa, pero eso me
parecía hacer trampas, ya que de ser una vampiresa podría probablemente
alimentarse de sangre de manera cuidadosa sin hacer daño a lo demás, así que su
concepto evolucionó al de una parca, un ser que estaría obligado a llevarse el
alma de sus víctimas, a matarlas y no dejar nada detrás, para complementar su
historia sobre remordimientos.
Y aunque os hable de todo esto, debéis saber que
cada criatura cuenta con cualidades especiales, espectaculares, originales. ¡No
podéis ni imaginar lo que se avecina! Aquí no veréis los tópicos que ya tenéis
manidos de otras obras, aquí esos tópicos son meras anécdotas, huevos de pascua
escondidos para deleite de los fanáticos, entre el torrente de espectacularidad
y poderes originales que estos seres blandirán ante vuestros ávidos ojos
lectores. Como dato curioso, en la sinopsis de la contraportada (si acaba
siendo posible como yo la he diseñado) se citan todos los personajes de la obra
desde un comienzo. Esta es una de esas historias de caminos que se cruzan, que
influyen en los demás de manera superficial, pero que en su conjunto acaban
modificando el desenlace de los acontecimientos de manera espectacular. ¡Es
como la vida misma!
Todos los personajes se basan en sentimientos que yo mismo
he experimentado alguna vez, esto es más obvio en algunos como Maivan, el Barón
Lunar o Ana, que representan mi rama artística y mi ilusión, pero también están
Érik, Astilla y Ceniza que encarnan bastante bien la manera en que yo
experimento y siento el amor (o al menos lo hacía cuando era más joven y tenía
su edad). Aunque parezca increíble, la parte más realista de Soy Un Monstruo es
el desamor de Astilla, que está directamente inspirado en las vivencias que yo
tuve con mi última pareja hace nueve años (si que hace de aquello eh, ojalá que
ella haya conseguido ser feliz de una maldita vez ._.). Seguramente los
personajes menos trabajados en mi obra son los villanos ya que se basan en la
confusión y en ser víctimas del propio mundo que los rodea. Pero es que los
villanos principales de esta obra no son esas personas que veis ahí confusas
intentando dar sentido a su existencia y sus capacidades. ¡Los villanos de esta
obra son los sentimientos de las protagonistas, a los que deben hacer frente!
Porque esos son también nuestros villanos en la vida real, en el día a día,
porque somos personas.
Esto es
complicado, empezaré por algo que pienso es muy importante dejar claro. Mi
novela no se basa en el worldbuilding, si lo que te gusta de un universo fantástico
es la construcción del mundo, mi novela no te va a gustar. Los personajes son
el centro de atención, mientras que elementos como los lugares o la sociedad
dentro de la que se mueven pasan a un segundo plano.
Los actos de los
personajes definen la realidad que estás explorando, y cuando acabe la novela
sabrás aún muy poco del mundo en el que estos habitaban. Intentaré expresarlo
de otro modo. ¿Escucharías una canción por el mundo en que esta se desarrolla?
Probablemente no, ya que una canción se centra mucho más en las emociones que
vas a sentir, en el ritmo, en tu cuerpo y tu mente reaccionando a los
estímulos.
Así es Soy Un Monstruo. Esto no significa que no se nos plantee un
mundo original e interesante. Te adentraras en este lugar tan maravilloso como
aterrador, contemplaras la belleza dentro de lo macabro. En el fondo apenas
conocerás los detalles de este extraño universo sobrenatural, lo que te hará
empatizar con Érik el humano y su ignorancia durante la primera mitad de la
obra, así como con Ana la recién fallecida y alzada como zombi en la segunda
mitad.
Cuando descubras algo nuevo de este mundo nunca será como abrir un cajón
que has estado viendo cerrado durante la historia y que alberga respuestas en
su interior, al contrario, será como haber estado viviendo dentro de un cajón y
abrir de repente una puerta hacia lo que hay en el exterior, un camino que se
abre en abanico y nunca termina de cerrarse. El mundo está construido para
estimular tu mente, para dejarte fantasear con lo que habrá más allá, con lo
que significaba aquel nombre, con la manera en que funcionaba aquel artefacto,
mientras la historia continúa con el viaje emocional de los personajes sin
detenerse, sin darle importancia.
Como ya dije, esta es una obra que te hará
pensar, y cada vez que la leas veras nuevas cosas que antes no viste, cosas que
ni tan siquiera están escritas, cosas que conectas tú mismo dentro de tu mente.
Y al final seguirás sintiendo que este universo alberga tantos secretos que es
infinito, ilimitado, que todo tiene cabida en él. Cuando explicas del todo algo
sobrenatural, pasa a ser simplemente “natural”, aquí encontraras una ficción
sobrenatural pura que te hará dudar de ti mismo y de aquello en lo que crees.
Creo que lo resumiré diciendo ¡Este mundo no es ciencia, es poesía!
¿Cuánto tiempo y trabajo hay detrás de esta novela?
Creo que la única manera de cuantificar esto sería decir:
Toda una vida.
Incluso eso sería incorrecto, ya que este libro está basado
en todo lo que soy, y todo lo que soy está basado en todo lo que he visto, lo
que he oído, lo que se me ha enseñado, lo que he pensado, lo que he debatido,
lo que he presenciado. No una vida sino muchas, infinitas, que han convergido
en convertirme en lo que soy, y así, han convergido también en la existencia de
Soy Un Monstruo tal y como ha acabado siendo.
¿Cómo lo cuantificarías?
¿Cogerías las horas que has estado escribiendo en el ordenador? ¿Y las que has
estado pensando en las escenas sin escribirlas? ¿Y las que has estado anotando
detalles y confeccionando borradores que luego no usarías? ¿Y aquellos trabajos
que existieron antes que Soy Un Monstruo pero que no vieron la luz antes que
este, y que me sirvieron para desarrollar mi propio estilo literario?
¿Incluimos eso también? ¿Pero qué pasa si mi estilo literario está influenciado
por mi desarrollo personal y filosófico? ¿Incluimos todo el tiempo que he
pasado viendo anime? ¿Y todo el tiempo que he pasado jugando videojuegos?
¿Incluimos todo el tiempo que he pasado amando a mi pareja cuando la he tenido?
¿Y todo el tiempo que he pasado escuchando canciones mientras las escenas de la
obra se repetían, perfilaban y afilaban una y otra vez en mi cabeza antes de
decidirme a plasmarlas en el papel? ¿Incluimos las más de diez revisiones de
ortografía y de forma que le hice? ¿Incluimos las numerosas ilustraciones que
forman parte de la obra, esas que en ocasiones tardé más de tres días en
terminar cada una por separado?
No sería justo ni realista quitar nada de lo
que ha dado vida a la obra, derrotaría el propósito de esta pregunta, el
propósito de responderla con sinceridad. Y todo esto es también el mensaje
final de la obra, todo esto es el capítulo final, este mensaje, estas palabras.
¡Todo esto es el concierto por una niña muerta! Mi archivo más antiguo sobre
Soy Un Monstruo data de 2012, eso son siete años, cuando yo tenía 20 años, lo
que me cuadra bastante con el esquema de tiempo que conservo en mi cabeza. Pero
Soy Un Monstruo se basa en las emociones de sus personajes, emociones que yo ya
había empezado a sentir mucho antes, emociones que me han acompañado y han ido
evolucionado durante toda mi vida, todos estamos llenos de emociones, todos
estamos llenos de arte, todos estamos llenos de libros, y aquello que
consideramos sobrenatural palidece ante la realidad, pues no es más que la
representación metafórica de nuestros propios sentimientos, así como el miedo a
la muerte puede ser una parca, y el miedo a la vida puede ser una zombi.
Así
como el amor desmedido y pasional puede ser una diablesa, y como la esperanza
de lo bello pero desconocido puede ser una sirena. ¿Cuanto tiempo y trabajo hay
detrás de esta novela? Puede que toda la historia de la humanidad y de los
seres vivos desde el primer momento en que uno de ellos sintiese placer al
alimentarse o miedo al ser consumido, puede que todo ello si nos ponemos a
analizarlo meticulosamente. Y en teoría, si abres tú mente, mi novela te
enseñará a pensar así acerca de esta y algunas otras cosas que creías
disparatadas.
¿Qué situaciones o hechos te motivan a escribir?
Por suerte esta es sencillita, ya que prácticamente la he
respondido dentro de las otras. Desde mi incapacidad para mantenerme despierto
en un horario regular, hasta la manera en que desde niño yo era el creador de
historias, el creador de mundos, cuando jugaba con mis amigos a los muñecos en
el suelo de mi cuarto, cuando pasaba días y noches enteras preparando la
próxima aventura que les haría vivir, las sensaciones que les haría
experimentar, los sentimientos que infundiría dentro de sus mentes. Siempre
quise plasmar lo que tenía dentro.
Ahora bien, si hablamos estrictamente de que
situaciones y hechos me motivan a escribir de la manera en que lo hago, ahí
empezaríamos a hablar de como diversas obras no literarias me entregaban aquello
que yo deseaba y me hacían disfrutar como ninguna otra cosa (anime de Tengen
Toppa Gurren Lagann, juego de Asura's Wrath, cómic y película de Scott Pilgrim,
y en general la música como conjunto). Pero en cuestión de obras escritas, no
existía nada con esa intensidad, nada con ese trabajo, nada que ofreciera una
experiencia más allá de la historia que trataba de contar, nada que mereciera
la pena revisitar y volver a leer, nada que mereciera la pena volver a sentir
debido a su forma, a su ritmo, a su pasión, más allá de los giros de argumento
que ya conociese. Y pronto toda la literatura me empezó a parecer igual, y
pronto abandoné la lectura y casi dejé de leer.
Así que me propuse crearlo yo,
romper con todos los moldes, si tal producto no existía yo lo confeccionaría.
No creo que todos los escritores puedan decir “He creado mi libro favorito de
todos los tiempo”, ni siquiera sé si está bien o mal que proclame tal cosa, ya
que casi cualquier escritor te dirá “Me inspiré en tal persona porque su obra
me apasiona y ese otro es mi libro favorito de todos los tiempos” pero yo no,
no al menos acerca de una obra escrita. Reconozco que eso me aterra, no se si
hay un lugar en el mundo para mí, o si soy un monstruo tan discordante que
acabaré ahogándome en mi propia amargura. Y de nuevo, esto nos lleva a la obra
de Soy Un Monstruo, como las emociones que la conforman resuenan con eco
infinito a mi alrededor incluso ahora. En cierta manera es más que un libro, es
lo que nos rodea, lo que nos acompaña a todas horas, es como funcionan las
personas, es la vida.
Así que... ¿Qué será ahora? ¿Ganará el amor o triunfará
el remordimiento? ¿Se alzará la ilusión con la victoria, o será estrangulada
por el resentimiento? Será mi concierto tan espectacular como el de Ana en el
capítulo final, o tan triste como cualquiera de los accidentados baches que
estos monstruos encuentran en su desdichado camino. Solo el tiempo lo dirá.
¡Pero yo no voy a rendirme!
No hay comentarios:
Publicar un comentario