Reseña: Harley Quinn. Cristales rotos, de Mariko Tamaki

Harley Quinn. Cristales rotos, de Mariko Tamaki

Editorial: Editorial Hidra
Dibujo: Steve Pugh

Fecha de publicación: 01-06-2020
ISBN: 978-84-18002-76-2

Páginas: 200

Precio: 14,95 €

Deslenguada, rebelde, excéntrica... A los quince años, Harleen Quinzel apenas tiene cinco dólares cuando la mandan a vivir a Gotham. Harleen se ha tenido que enfrentar a un montón de situaciones difíciles desde muy joven, pero su fortuna cambia cuando la drag queen más fabulosa de Gotham, Mama, la acoge entre los suyos. Y al principio parece que Harleen ha encontrado un lugar en el que crecer y dar rienda suelta a su yo más auténtico junto a su mejor amiga Ivy en Gotham High. Pero entonces la fortuna de Harley da un nuevo giro cuando el cabaret drag de Mama se convierte en la siguiente víctima de la ola de gentrificación que está asolando el vecindario.

Ahora Harleen está muy enfadada. Y a la hora de convertir su rabia en acción deberá elegir entre dos opciones: unirse a Ivy, quien está haciendo campaña para convertir el barrio en un lugar mejor en el que vivir, o unirse al Joker, quien planea destruir Gotham acabando con una corporación tras otra.

De la autora ganadora de los premios Eisner y Caldecott Mariko Tamaki (This One Summer) y el artista nominado al Eisner Steve Pugh (Los Picapiedra) llega una historia sobre elecciones, consecuencias y sobre cómo una chica rara de Gotham va a cambiar el mundo.

VALORACIÓN: 5/5

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Harleen Quinzel es una adolescente normal y corriente que se baja de un autobús en la ciudad de Gotham para ir a vivir con su abuela. Tiene 15 años, una mochila donde tiene sus escasas pertenencias y cinco dólares. Cuando llega descubre que su abuela, a la que apenas conoce, ha muerto y queda al cuidado de Mamá, un drag queen que regenta un bar de espectáculo. Su instituto está lleno de injusticias, las mismas que ocurren en la ciudad pero en menor medida. En concreto, se va a tener que enfrentar a John Kane, un rico cuya familia posee la mitad de la ciudad. Pero no estará sola en esta guerra, pues tendrá una mejor amiga, Ivy, y en sus noches de justiciera contra el imperio Kane conocerá a un enigmático chico: el Joker.

Harleen es una adolescente con una enorme personalidad. Con toque de locura muy elevado, una siniestra sonrisa y un sentido del bien y del mal algo peculiar, su sentido de la justicia se basa en combatir el mal con más mal. En esta historia vamos a conocer su infancia y su adolescencia, sus fechorías (pues ha estado detenida en varias ocasiones) y cómo va a obtener el apelativa de Harley Quinn, algo que me ha encantado y me ha resultado muy curioso. Así como sus primeros encuentros con el Joker, un chico muy siniestro que derrocha ya una gran maldad desde joven. Él piensa que la mejor forma de luchar contra las injusticias es creando caos. En cuanto a Ivy, esta es la mejor amiga de Harleen. Una chica negra con unas ideas revolucionarias a favor de la libertad, de la justicia y de la visibilidad y fomento del feminismo. Es una chica amante de las plantas, naturalista, defensora de los animales, vegetariana y que lleva un huerto comunitario. Es la que da el toque racional y justo a Harley.

La narración está en primera persona y contada por la propia Harley, haciendo comparaciones constantemente con cuentos de hadas (Caperucita Roja, Alicia en el País de las Maravillas, etc.). Es una narración muy cercana, juvenil y muy coloquial, con ese sentido pizpireta que transmite mucho sentimiento. Casi va a parecer que nos estamos haciendo amigos de Harley de lo súper natural que es.

En cuanto al apartado artístico, el dibujo es muy detallista y natural. Todo está perfectamente dibujado. El color empleado es una gama muy colorida, aunque de tonos apagados, y sumamente llamativa por el uso que le da Pugh al color.