Reseña: El destino del agua de Mikael C. L.

El destino del agua de Mikael C. L.

Editorial: Ediciones Arcanas

Formato: Rústica con solapas

ISBN: 978-84-948732-7-0

Páginas: 384

Precio: 14,00 €

Uno de los encantos de la fantasía urbana es descubrir cómo lugares que conoces, o que incluso has visitado alguna vez o que recorres con asiduidad en tu día a día, se convierten en sitios mágicos, fantásticos, donde la mitología y lo paranormal cobra vida. Si a eso le sumas una trama adictiva y unos personajes muy bien trabajados, desde seres mitológicos, criaturas híbridas, vampiros, dioses, hechiceros… hasta duendes, nigromantes y demonios, el resultado es un cóctel explosivo al que resulta imposible (y prohibido) resistirse. El destino del agua es magia, es aventura, es intriga, giros inesperados y, por encima de todo, es sentimientos y emociones a flor de piel; una historia muy humana, muy sentida, capaz de transportarte a un lugar especial.

VALORACIÓN: 5/5

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El Congreso de los Cuatro se acerca, pero la Señora del Agua ha desaparecido y el equilibrio para mantener la vida de todo se tambalea. Helena, una ninfa del agua, decide viajar a la Tierra para buscar a su señora, Gota de Lluvia. Ella crea que la profecía de la salvación se refiere a ella. Allí tendrá que viajar en busca de pistas para evitar la llegada del caos. Pero no estará sola. Varios personajes, sin conexión aparente, se unirán en el camino y entrelazarán distintos planos. Todo esto a la vez que el caos, la Señora de las Pesadillas, los demonios y los pecados capitales comienzan a destruir la vida.

La historia tiene muchos personajes protagonistas. Tenemos a Helena, una hija del agua (uno de los cuatro elementos primigenios que dieron origen a toda la vida). Es una mujer decidida, con las ideas claras, que se sacrifica por los demás o por lo que ella siente y no duda en hacerlo. Junto a ella tenemos a Ícaro, un duendecillo de Arcadia que se reencarnó en el cuerpo de un niño francés. Es un niño con magia, muy pícaro y con un gran y particular sentido del humor. Siempre anda haciendo trastadas, pero su sentido de la lealtad es tremendo. También tendremos a Calen, un hindú que descubre que tiene una magia vinculada con el mundo de los espíritus y el Purgatorio, Danielle, el fantasma que siempre está con él, y Jack, un hombre-guepardo defensor de la Tierra. Todos ellos tendrán que hacer frente a elfos, magos, demonios, a los mismísimos Pecados Capitales, vampiros, etc. Hay muchos personajes, cada uno con una historia y una importancia en la trama.

El mundo creado por el autor es muy extenso y complejo. Hay distintos planos conectados con la Tierra y todos ellos entremezclados. El mundo mezcla nuestra Tierra en la edad contemporánea con muchos toques de fantasía, incluso hay elementos de la cristiandad (como el demonio Samael o algunos arcángeles y los pecados capitales que aparecen personificados para generar caos). Me ha parecido una combinación muy buena y con mucha personalidad y una enorme potencia. Al mismo tiempo, todo está en evolución y cambio constante.

El libro cuenta una trama de fantasía bastante compleja y muy original. Los primeros cuatro capítulos son muy liosos, escenas dispares que, en principio, no tienen ninguna conexión y va dando saltos continuamente. Pero a partir del quinto, todo va encajando lentamente y a la perfección, haciéndose un continuo no parar, con un ritmo sorprendente y que engancha muchísimo. El libro está muy bien escrito, con una narrativa exquisita y sublime. Tiene muchos elementos que harán que el lector goce con su lectura: tendremos escenas de acción increíbles, pasión, amor, deseo, venganza, muertes, mucha magia, toques de terror, mitología, leyendas, etc. Muchas piezas que poco a poco van encajando en un enorme puzle de forma magistral. Un libro que se devora con ansias.