La literatura vampírica: su evolución desde Drácula
1. El vampiro: aproximación a su concepto y definición (III)
Por
último, hay muchos mitos a lo largo
de todas las novelas que se van eliminando a medida que avanzamos en nuestro
tiempo. El máximo exponente de los mitos es Drácula: no se refleja en el espejo
(pues no tiene alma), no soporta ni el ajo ni cualquier símbolo cristiano (como
la cruz), puede adoptar la forma de un animal, no sale a la luz del sol, se
alimenta de sangre humana única y exclusivamente y tiene la piel muy blanca. En
cuanto al espejo, recordemos un episodio de Drácula:
“Cuando colocaba mi espejito en la ventana
para afeitarme, sentí una mano en mi hombro. Y oí la voz del conde que me
decía: ‘Buenos días’. Como comprenderán, me asusté, pues no le había visto
entrar, a pesar de que a través del espejito se divisaba perfectamente toda la
habitación a mis espaldas (…). Me volví de cara al espejo para asegurarme de
que no me equivocaba. Esta vez no habría dudas, pues el hombre estaba junto a
mí; podía verlo por encima de hombro. ¡Pero no se reflejaba en el espejo!” (1).
Vemos
que el vampiro duerme en su ataúd (conde Magnus, Drácula, Camila,
Lucarda, Cuervo, Leticia, Ludolfo y Rüdiger y su familia). Otros tanto vampiros
sí que duermen pero no en ataúdes sino en camas normales. Stefan, en cierta
ocasión, ve alterado sus horarios de sueño ya que se apunta al instituto: “por
lo general tenía un sueño intranquilo por las noches; no era su hora natural de
dormir” (2)
En las
novelas infantiles y juveniles los personajes vampíricos también duermen en
ataúdes, e incluso pueden tener un gran letargo, que puede durar siglos si
nadie les despiertan. Ya nos lo dice Rüdiger, el pequeño vampiro: “un vampiro
está obligado a dormir siempre en su propio ataúd” (3).
Otro de
estos grandes mitos son las cruces y los ajos. Davidson es de nuevo el
que nos aporta una información más concisa:
“Esistono tuttavia dei mezzi efficaci per tenere i Vampiri lontani dalle
loro vittime. La croce, ad esempio; essa ripugna al Vampiro e lo paralizza
(...). La croce non è soltanto l’emblema di una setta religiosa, ma è un
simbolo antichissimo utilizzato dai popoli della terra di tutti i tempi per
combattere le forze del Male (...). Serti d’aglio e rami di rosa canina (4)
fungono da rapellente nei confronti del Vampiro. Ramoscelli di corbezzolo (5) o
di sorbo selvatico (6) vengono utilizzati in alcune parti del mondo in
sostituzione di quelli. In altri posti ancora ci si serve dei piselli rossi (7)
e del ferro per erigere una barriera che il Vampiro non può superare” (8).
Esta faceta de la cruz de recudir a un vampiro se rompe, en muchos
casos, en los vampiros de la literatura actual. Algunos, como Analisa (9), son
inmunes a su tacto. En cuanto al ajo, los vampiros de El vampiro vegetariano tampoco lo soportan: “Los vampiros somos
alérgicos al sulfuro alílico, la sustancia volátil y olorosa del ajo. En cuanto
al crucifijo (…) algunos se identifican tanto con la leyenda del vampiro que,
por pura autogestión, tienen horror a las cruces y los espejos” (10). Por lo
que vemos que los vampiros pueden reflejarse en ellos, “lo contrario violaría
las leyes de la física, y en el vampirismo no hay nada de mágico ni de
sobrenatural” (11). Tampoco los vampiros de Sommer-Bodenburg pueden soportar el
ajo (12).
Pero sin embargo, el gran mito es la luz. Los
vampiros actuales, salvo excepciones que veremos enseguida, pueden exponerse a
la luz solar. Solo el caso de Analisa es característico pues, aunque bien es
cierto que puede salir en plena luz solar, esta exposición puede acarrearle
problemas a corto plazo tal y como nos indica ella:
“Con el paso de los años había descubierto
que la luz no era un grave problema. La curiosidad le había permitido desterrar
un buen número de mitos en torno a los seres como ella. (…) Era cierto que las
criaturas como Analisa ‘funcionan’ mejor de noche, pero la luz, en contra de la
creencia popular, no contribuye a acabar con ellos. Sin embargo, sólo quienes
se han aventurado a arriesgarse más de lo recomendable son partícipes de este
gran secreto de la vida. Analisa lo había descubierto hacía años cuando,
después de la transformación, se vio abocada a tocar un crucifijo por error. Al
ver que no le ocurría nada, atesoró valor suficiente para acariciarlo; así fue
como descubrió que resultaba inocuo” (13).
Algo parecido es lo que ocurre con los personajes de
Frabetti, diciendo uno de los vampiros: “somos fotófobos, y muy sensibles a los
rayos ultravioletas. Por eso solemos evitar el sol; pero no nos desintegramos
ni nada por el estilo, y podemos salir de día sin más que tomar algunas
precauciones. Sin embargo, casi todos nos acostumbramos a la vida nocturna, y
no solo para evitar la luz solar. En general, preferimos la calma y la soledad
de la noche. Además, de noche es más fácil conseguir sangre” (14).
Ya hemos dicho que a Analisa la exposición a la luz la
debilita enormemente, pero “si
bien la luz (…) la debilitaba, no era menos cierto que no la había destruido.
Tan sólo había advertido una fatiga similar a la que experimenta alguien
después de realizar ejercicio físico durante varias horas (…). Pero lo que la
joven ignoraba era que esta ventaja también escondía una trampa: si su naturaleza
se veía debilitada en exceso, la bestia,
a fin de compensar ese desgaste, cada vez le exigiría mayores dosis de sangre”
(15). Pero si seguimos en la lectura nos damos cuenta de un pasaje revelador
acerca de la luz:
“La no-muerta desconocía que la luz
procedente de los rayos del astro era acumulativa, por lo que si un vampiro se
exponía a ella de manera prolongada y durante demasiados días seguidos su
naturaleza comenzaba a debilitarse severamente, lo que se traducía en una
incapacidad para cazar y, por consiguiente, para alimentarse. La luz en sí no
era dañina, lo que resultaba perjudicial era el abuso que Analisa hacía de
ella. Si su ritmo bilógico se veía alterado durante un tiempo excesivo, es
decir, si se modificaban sus períodos de descanso diurnos, el instinto
vampírico se veía obligado a buscar horarios de descanso nocturnos y el hecho
de no poder cazar era en sí mismo un acto suicida que activaba el instinto de
protección de la bestia, que no
estaba dispuesta a ser erradicada de ningún modo” (16).
Esto no sucede así en Despertar.
Aquí la luz solar puede fulminar a un vampiro hasta reducirlo a cenizas pero
hay un método para que no ocurra esto. Existe un amuleto especial confeccionado
en sus orígenes por una bruja: un anillo con un lapislázuli. Nos dice Stefan
que “sin un talismán así,
morimos bajo la luz del sol como si estuviéramos en una hoguera” (17).
Un mito
muy extendido es el de la transformación en murciélago del vampiro. Garillet
Carrasco dirá que Drácula “será el último vampiro que posea la cualidad de
transformarse en otros mamíferos, así como de dominarlos, quedando eliminada la
parte más fantástica en posteriores vampiros, para adoptar nuevos poderes
mentales” (18). Yo discrepo un poco como vamos a ver en breve. Ante esto, y
otros tanto, los propios personajes van desmintiendo los mitos. Así por ejemplo
vemos que “los vampiros no vuelvan, ni pueden convertirse en animales, eso es
pura leyenda” (19).
Cuervo
también desmiente los pilares del vampirismo al decir que “no soy un muerto
viviente (…), ni puedo convertirme en murciélago. Tampoco soy invulnerable, ni
inmortal…” (29). Tanto es así que en El
pequeño vampiro tanto Rüdiger como Lumpi caen enfermo por intoxicación de
la sangre el primero y de gripe el segundo. También Davidson nos muestra las debilidades de
estos seres de la noche: “di notte tutti i vampiri escono dai loro covi e
vagano liberi dandosi alla loro ignobile caccia, ma di giorno, dall’alba al
tramonto, giacciono immobili e indefesi nelle loro bare” (21).
Pero otros
tantos de ellos sí que pueden convertirse en una especie de murciélago pequeño,
como Rüdiger y sus hermanos. Anton dice que “una mariposa grande y negra
revoloteaba allí; se aproximó lentamente y empezó a subir con grandes impulsos
hasta que estuvo a la altura de la ventana de Anton. En ese momento se produjo
en ella una rara transformación: en primer lugar aparecieron dos pies bajo las
alas, después asomaron dos manos y, finalmente, vio Anton una horrorosa cabeza
que le era muy familiar. Era el pequeño vampiro (…) -¿Vuelas siempre así, como
una polilla?- preguntó Anton. -¿Cómo dices?- exclamó el vampiro; los ojos le
brillaban de cólera- ¡Eso no era ninguna polilla, era un murciélago!” (22).
En las
características físicas tenemos que hacer un paréntesis para tratar sobre la
saga de Crepúsculo, pues hay unos
elementos que caracterizan a sus personajes. En primer lugar, los vampiros
brillan bajo la luz directa del sol. Esto se explica fácilmente, pues “la
membrana celular del vampiro no es tan blanda ni permeable como en una célula
humana; tiene propiedades cristalinas que provocan que la superficie de la piel
reaccione como prisma, dándole al vampiro un resplandor como de brillantes con
la luz solar” (23).
La
belleza es característica en estos seres de Crepúsculo.
“La firmeza pétrea del cuerpo del vampiro crea un aspecto musculoso” (24). El
veneno del vampiro es el causante de que todos ellos tengan un tono pálido,
pues “el veneno consume todo pigmento de la piel humana conforme la va
transmutando en una piel de constitución indestructible. No obstante el origen
étnico, la piel de un vampiro será excepcionalmente pálida. El tono varía un
poco” (25). Los ojos de los vampiros que llevan semanas sin alimentarse tendrán
el iris completamente negro, los que se han alimentado hace poco un iris de un
rojo intenso si se han alimentado de sangre humana y un iris de color dorado si
fue a base de sangre animal. Los dientes son exactamente iguales a los de los
humanos pero los dientes de estos primeros son irrompibles, filosos y muy
fuertes, capaces de atravesar cualquier materia.
CONTINÚA
NOTAS
(1) Stoker, Bram: Drácula…, págs.
51-52.
(2) Smith, L.
J.: Despertar…, pág. 65.
(3) Sommer-Bodenburg, Angela: El pequeño vampiro en el país del conde Drácula…, pág. 51.
(4) La
rosa canina es el rosal silvestre.
(5) Es el arbutus
unedo, el madroño común.
(6) Es el sorbus
aucuparia, llamado serbal de los cazadores o azarollo.
(7) Es el pisum
sativum, el guisante, que las flores pueden tener numerosos colores.
(8) Davidson, Hugh: Il signore dei vampiri...,
pág. 17. Nuestra traducción: “Sin embargo, existen medios eficaces para
mantener a los vampiros lejos de sus víctimas. La cruz, por ejemplo, repele al
Vampiro y lo paraliza (...). La cruz no es solo el símbolo de una secta
religiosa, sino que es un símbolo antiguo usado por los pueblos de la tierra de
todos los tiempos para luchar contra las fuerzas del Mal (...). Coronas de ajo
y ramos de rosas canina actúan como repelente contra el Vampiro. Las ramitas de
madroño o azarollo se utilizan en algunas partes del mundo para reemplazar a los
anteriores. En otros lugares se usan todavía el guisante rojo y el hierro para tener
una barrera que no pueda superar el vampiro”.
(9) Tahoces, Clara: Gothika…
(10) Frabetti, Carlo: El mundo flotante…, pág. 27.
(11) Ob.
cit.
(12) Sommer-Bodenburg, Angela: El
pequeño vampiro…
(13) Tahoces, Clara: Gothika…, pág. 19.
(14) Frabetti,
Carlo: El mundo flotante…, pág. 29.
(15) Tahoces, Clara: Gothika…, pág. 211.
(16) Ob. cit., pág. 250.
(17) Smith, L.
J.: Despertar…, pág. 202.
(18) Graillet Carrasco, Yolanda de: “Edward Cullen: el nuevo
concepto de vampiro…, pág. 33.
(19) Frabetti, Carlo: El
vampiro vegetariano…, pág. 74.
(20) Frabetti,
Carlo: El mundo flotante…, pág. 22.
(21) Davidson, Hugh: Il signore dei vampiri...,
pág. 38. Nuestra traducción: “de noche todos los vampiros salen de sus
guaridas y deambulan para darse a la innoble caza, pero durante el día, desde
el amanecer hasta la puesta del sol, yacen inmóviles e indefensos en sus
ataúdes”.
(22) Sommer-Bodenburg, Angela: El
pequeño vampiro…, págs. 51-52.
(23) MEYER,
Stephenie: Saga Crepúsculo: Guía
oficial ilustrada…, pág. 68.
(24) Ob. cit.
(25) Ob. cit., pág. 69.
Hola, David. Mil gracias por visitar mi blog y quedarte conmigo. Ya te sigo y por si no visitas tu comentario de Carmen en su tinta te repito el consejo que me pides: Mi mejor consejo es que seas constante ya que los principios son duros. Escribe como te gustaría que escribieran para ti y pon mucho amor en tus palabras al hablar de libros, autores y literatura. SUERTE.
ResponderEliminarBesos. Excelente artículo.
Buenas, Carmen!!! Sí, lo vi hace unos minutos, solo que estaba creando twitter y página de facebook y no he podido responder. Muchísimas gracias. Me gusta también mucho tu blog. Abrazos!!!
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