Reseña: 36 de Jerónimo Tristante

36 de Jerónimo Tristante

Editorial: Algaida Editorial

Fecha de publicación: 17/03/2022

ISBN: 978-84-9189-708-8

Páginas: 424

Precio: 20,95 €

Noviembre de 1936. En pleno asedio de Madrid, el teniente republicano Juan Antonio Tornell, adscrito a las Milicias de Vigilancia de la Retaguardia, recibe el encargo de investigar la desaparición de un fotógrafo británico: Kenneth Lee. La ciudad es un caos. Las tropas nacionales están a un paso de Madrid y en cualquier momento podría desencadenarse la ofensiva final. Es el peor momento para tratar de impartir justicia y la mejor oportunidad para asesinos sin escrúpulos. Tornell lo sabe, pero desconoce las complicadas ramificaciones del caso que trae entre manos. El Gobierno de la República quiere localizar a Kenneth Lee para evitar un conflicto con los ingleses, cuyo apoyo quiere recabar. Pero también lo buscan otros organismos gubernamentales e incluso agentes enemigos. ¿Por qué es tan importante ese fotógrafo británico?

VALORACIÓN: 5/5

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1936. Madrid está asediada por la guerra civil española. En este escenario, con los sublevados a las puertas de la capital, Kenneth Lee, un fotógrafo inglés, desaparece. El Gobierno republicano se ha propuesto dar con él y, así, evitar un enfrentamiento con los ingleses. A cargo de la investigación estará Juan Antonio Tornell, un trabajo dificultoso para describir qué le ha pasado y dónde se encuentra.

Uno de los protagonistas es Tornell. Este es muy inteligente y no se deja llevar, sino que es más bien una persona racional y sensata. También tenemos a Eva. Esta es amiga de la infancia del protagonista y es una mujer que quiere vengarse de los que mataron a su prometido. Los personajes de la novela son muy humanos y bastante reales, todos con sus luces y sombras que los hace más vivos.

La trama tiene un poco de todo, tiene intriga y acción, todo ello bajo el telón de fondo de una novela histórica, aunque más bien es un thriller claramente. En cuanto al ritmo, este es un no parar y con mucha ligereza, además de que los capítulos son muy cortos.

La pluma de Tristante es atrapante desde el minuto uno. Sabe muy bien cómo captar la atención del lector y atraparle. Una prosa emocional, que cala en el lector y le hace partícipe de la historia, además de conseguir que empatice con sus personajes. Al mismo tiempo hay un predominio de los diálogos frente a la narración.