Netz de David Nel
ISBN: 978-84-18783-47-0
Páginas: 406
A Sergio Peralta, un tenista retirado en horas bajas, no le gusta que le llamen ludópata. Él es un inversor responsable que gana su sueldo de manera lícita con las apuestas deportivas. Solo hay un problema: tanta legalidad le aburre.
Por eso, cuando Chatham Bets le ofrece viajar a Las Vegas para participar en un exclusivo e impactante juego de apuestas, no duda en dejarlo todo y coger el primer vuelo.
De acuerdo, tal vez aquel negocio sea menos limpio de lo que pensaba. Puede que espiar a la gente a través de las cámaras de sus dispositivos traspase alguna línea. Y quizás eso de apostar por sus eventos cotidianos y ganar dinero con sus desgracias se adentre a veces en terrenos demasiado sórdidos.
Pero ¿acaso importa? Las víctimas no se van a enterar, y Sergio se va a hacer rico mientras se lo pasa como un niño. ¿Qué podría salir mal?
VALORACIÓN: 4/5
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Sergio Peralta, un tenista ya retirado pero que estuvo a un paso de la gloria. Por una decisión que tomó, no pudo conseguir sus objetivos y su carrera profesional. Ahora su vida está llena de apuestas en el juego, convirtiéndose en un verdadero ludópata. Un día, una corporación extraña le ofrece participar en un proyecto revolucionario pero tendría que viajar a Las Vegas. El proyecto: apuestas con vidas de personas reales. Y esas personas no saben nada al respecto.
Se trata de un libro de ciencia ficción, pero de estos que se centra en realizar una reflexión más social que en las innovaciones tecnológicas que haya. Se centra en un futuro muy próximo, pues nos separan pocas décadas. Esto hace que esa reflexión aumente, por esa cercanía en el tiempo. Además, la ética aquí juega un papel fundamental, o más bien, la ausencia de barreras éticas.
El mundo planteado por el autor es bastante siniestro y oscuro (aunque tampoco demasiado diferente al que vivimos). Al igual que sus personajes. El protagonista es difícil, por no decir casi imposible, de empatizar con él. Y ahí está la cosa, no se busca que el lector empatice con él.
La novela quizás cuesta un pelín en arrancar, o en atrapar al lector, pero en cuanto lo hace se convierte en una novela muy adictiva y con un ritmo que fluye sin que te des cuenta. Todo esto es gracias a las incógnitas que el autor ofrece en los capítulos, creando la necesidad al lector de responderlas en el momento. Y sin mencionar con los distintos giros que tiene. El lenguaje es muy claro, directo y muy sencillo. La novela no tiene desperdicio.
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